"Cuando hay gente en el mundo dispuesta a estar junta sin pararse a mirar lo que hace bien o mal, es un bien para todo aquél que la ve."
Edu, monitor.
Podría ser la foto de un grupo de amigos de toda la vida disfrutando de unas vacaciones en la playa. O de jóvenes que se han conocido en el primer año de universidad. Podrían ser primos, quizás. Pero no: son amigos y esta foto se tomó la primera semana en que se conocieron.
¿Qué tienen de especial?
Cada uno de estos chicos tiene una historia. En muchos casos, una historia dura. La mayoría de ellos son inmigrantes. Otros han llegado hace poco a España y aún sienten la nostalgia de la propia tierra.
Todos conocen el Centro de Integración e Inmigración Hispano-Dominicano (CEPI) de la Comunidad de Madrid, que gestiona CESAL. Por eso están ahí. Este verano, CESAL ha lanzado el reto a 8 jóvenes de nacionalidades española, marroquí, dominicana, paraguaya, boliviana y ecuatoriana de convivir juntos durante dos semanas en las que, además de aprender y conocer distintos oficios, hemos compartido "todo lo que uno es, sin esconder nada", aclara Fernando Morán, coordinador de jóvenes del CEPI.
Y eso es lo que ha sucedido.
El viaje, que ha sido a Gerona, ha significado un cambio para cada uno de ellos, incluidos los coordinadores, Fernando y Edu.
Ariel, Hamza, Junior, Denis, Rafael Edward y los dos Robertos (el español y el dominicano) no han tenido que esforzarse por ser ellos mismos, al contrario de lo que les sucede en la mayoría de las ocasiones. "Me ha impresionado mucho que, al día siguiente de llegar allí, ya éramos como una gran familia", dice Roberto, de Dominicana, que lleva 9 meses en España. El grupo de jóvenes y los dos coordinadores se alojaron en un pueblecito llamado La Farga de Bebié, donde antiguamente había una fábrica textil que dotó a la zona de vida en su tiempo. "Hemos conocido muchas personas muy hospitalarias, que nos han acogido con mucho cariño. Vinimos y así, de la nada, nos dieron todo lo que pudieron: nos ofrecieron cenar con ellos, nos trataron como a una gran familia... Llegar a un pueblo donde no conoces a nadie, y conocer de pronto a tantas personas, me ha resultado impresionante."
Roberto, el español habla impresionado por lo que ha conocido estos días en el ámbito del trabajo: "Hemos visto un ejemplo de superación en un sitio donde trabajan personas con discapacidad; también, gente a la que le encanta su trabajo. Cuando le preguntamos a Joan Roca: "¿y eso de ahí arriba, es una casa?" Y contestó que sí, que era su casa. Entonces uno de nosotros le preguntó: "¿es ahí donde vives?" Y dijo: no, allí duermo; vivo ahí abajo (y señaló la cocina). Eso me encantó."
Roberto (Dominicana): "Nos ha cambiado como personas a todos: nos ha permitido comprender mejor la vida, nos ha enseñado a valorar más lo que es el trabajo, lo que es compartir con y ayudar a alguien..."
Junior: "Me ofrecieron irme unos días de vacaciones y a trabajar. Con tal de salir del centro, acepté." Asegura que no esperaba nada extraordinario y que, sin embargo, ha sucedido "de todo. Se han dado relaciones muy profundas con los compañeros y monitores: ¡ha sido algo totalmente diferente a lo que ya conocía!" "Lo que más me ha gustado ha sido el trato entre nosotros, y cómo salimos de Madrid y cómo hemos vuelto: llegué muy contento, muy feliz, con ganas de todo".
"Ha sido un cambio para mí que la gente me haya visto de otra manera. Creo que deberíamos seguir viéndonos, porque, yo por lo menos, tenía una vida muy mala antes, y esto me ayuda a salir un poco de eso, a no volver a lo mismo. Esto me aparta de ello: para mí es muy importante."
Ariel: "Me siento muy bien. El viaje me ha ayudado a ser otro tipo de persona: si antes era bueno, ahora soy mejor."
"Vuelvo distinto: todo en Madrid sigue igual, pero ahora lo veo de otra manera. Me desperté al día siguiente de llegar a casa y todo parecía nuevo: ¡me sentí como un niño! Tengo ganas de hacer muchísimas cosas, de conocer gente nueva, de seguir en contacto con estos nuevos amigos. Y de que se unan quienes quieran, ¡mucho mejor!"
Denis: "Ha sido muy bonito. Ahora vuelta a la monotonía: a ir a pasear con mi madre y mi hermano...". "¿Pero deseas otra cosa?", le pregunta Fernando. El joven contesta que sí, pero que lo que tiene "es lo que hay". Fernando responde: "¿os acordáis de lo que hablamos el otro día: que de repente, un día, sale el sol, y entonces, cuando vuelve a estar nublado, tú ya no puedes olvidar que el sol existe? A mí me interesa la relación con vosotros porque me ha sucedido esto: he vuelto a verlo."
El comienzo de una aventura
La relación entre los chicos que aparecen en la foto del principio y a los que, aunque no salgan, estaban por ahí, en la playa, incluidos los monitores, Fernando y Edu, no termina con este viaje de dos semanas: esta aventura no ha hecho más que comenzar. Y promete durar mucho, mucho tiempo.
El reto lanzado por CESAL a estos jóvenes en riesgo de exclusión social ha sido superado con creces: "ha supuesto un nuevo inicio para todos", asegura Edu. A la pregunta de qué pasará a partir de ahora, de cómo se les podrá seguir acompañando, ambos monitores responden: "Veremos. De momento, se ha despertado en nosotros algo que queremos descubrir qué significa".