Los pasados días 3 y 4 de septiembre tuvo lugar con gran éxito un intercambio de experiencias en gestión comunitaria entre dirigentes de Chincha y de Huachipa, los dos puntos principales de la presencia de CESAL en Perú.
En Huachipa, un asentamiento urbano-marginal en las afueras de Lima,
CESAL lleva más de 10 años trabajando a 360⁰,
respondiendo a las necesidades de los habitantes de la zona en materia de
educación, habitabilidad o fortalecimiento institucional. Chincha, por su
parte, una ciudad a 200km al sur de Lima, fue una de las zonas más afectadas por el terremoto de 2007,
circunstancia a la que respondió CESAL también desde varios frentes, comenzando
por la emergencia. Ambas zonas se organizan a través de asociaciones de vecinos
e iniciativas de distintos tipos para las que eligen sus dirigentes: miembros
de la comunidad que las representan para gestionar las necesidades del
asentamiento y su relación con las administraciones. Marina García, una cooperante española de CESAL que trabaja con los
habitantes de Huachipa reforzando a estas asociaciones en un proyecto de
fortalecimiento institucional, nos cuenta su experiencia durante el
intercambio.
"Todo comenzó en junio cuando el Señor Vera, presidente de la Asociación de viviendas Miguel Grau, junto con un grupo de dirigentes y la Alcaldesa de Pueblo Nuevo, visitaron Huachipa. Tras una recorrido por las instalaciones de CESAL los visitantes tuvieron un encuentro con distintos dirigentes de la zona. El buen ambiente que se vivió propició un primer acercamiento entre los pobladores de ambas zonas y se inició una relación de interés mutuo acerca de cómo se trabaja en pro del desarrollo, que culminó en una invitación por parte de "los chinchanos" para ver de cerca y en primera persona cómo es el trabajo que se ha hecho y que se sigue haciendo en los asentamientos humanos de Pueblo Nuevo.
Con
los ojos puestos en todo lo vivido, el día culminó con una fiesta. Juntos,
pobladores de Huachipa y de Chincha pudimos disfrutar de una noche de baile y
diversión al ritmo de una orquesta de la zona. La mirada y la sonrisa de todos eran
un fiel reflejo de
la belleza de lo vivido por la mañana.
Por último, la visita turística nos llevó a recorrer la casita de la beata Melchorita, el distrito de El Carmen, donde pudimos conocer a Mamainé, famosa cocinera chinchana, y una bodega de vinos.
Me gustaría terminar agradeciendo a todo el equipo de CESAL en Chincha y a todos sus dirigentes la acogida y las lecciones aprendidas, en palabras de Elisabeth Santos, de Huachipa: "Un agradecimiento muy profundo al pueblo de Chincha por habernos acogido tan bien, nos ha hecho sentir como en casa. Esperemos que puedan venir, que nosotros los vamos a recibir como aquí. Nosotros como dirigentes no tenemos un sueldo, pero eso que tenemos aquí, en el corazón, nadie nos los va a quitar".