"Bien se dice que luego de la tormenta sale el sol. Y es que en San Salvador, justo después de una madrugada colmada de agua estelar y truenos, (truenos que siempre asustan a más de algún chiquillo), la mañana se recibió de inmejorable forma en la Biblioteca Nacional, donde gran cantidad de cuentacuentos y personajes realizaban, animosos, sus últimos ensayos, en ese espacio tan esperado, en la primera MARATÓN DE CUENTACUENTOS". Así nos comenta Ramón Mejía, un joven con mucha iniciativa y sobre todo con mucha hambre de libros.
Ramón, quien participa en el taller de letras de CESAL y que ahora también colabora dando clases a los chicos, nos sigue contando lo que el 21 de abril vivimos en la Biblioteca Nacional: "Apuntaba el reloj un poco más de las 8 de la mañana en un espléndido domingo de abril. La brisa húmeda del parque de enfrente bordeaba la calle para entreabrir con ansiedad los primeros libros. En cada casita circundante, luego de un merecido desayuno y un saz de pasitos, susurraban la llegada de los primeros visitantes. Mientras los unos tomaban asiento entre el singular aroma de sabiduría que expelen las hojas de tantos libros y el flujo de los años, los otros, los narradores, los que tenían la tarea encarnar a un personaje, terminaban de respirar profundo y superar los nervios, emocionados, con una sonrisa infantil y en procura de interpretar lo mejor posible cada quien su papel"
No es la primera vez que CESAL y los chicos de la Micro Región El Bálsamo (MREB) participamos en actividades con la Biblioteca Nacional. Poco a poco los lazos se unen para perseguir un mismo fin: fomentar la magia que encierran los libros en sus páginas y favorecer la expresión juvenil y cultural.
"Con esta actividad iniciamos la Semana Nacional de la Lectura, que va del 21 al 26 de abril; por otro lado, el Maratón de Cuentacuentos es un evento único que nunca se ha hecho en nuestro país", expuso el Licenciado Manuel Velasco, Director Nacional de Bibliotecas y Plan de Lectura de El Salvador.
El maratón de cuentacuentos comenzó a las 9:00 horas de la mañana, extendiéndose hasta las cinco de la tarde, tiempo en el cual se representaron aproximadamente 80 cuentos con técnicas diversas. CESAL, los chicos de la MREB y Damco, una empresa de transporte holandés y que ahora nos apoya con voluntariado corporativo, presentamos cuatro cuentos: "¿A qué sabe la luna?", "Los caminos", "La mancha roja" y "La magia de los libros".
"Así que, como suele pasar con los buenos momentos, el tiempo avanzó sin tropiezo alguno en el reloj de agujas, en el que saltaron a escena las historias, los personajes de cuentos perdidos, las fantasías de personas de todas las edades, las carcajadas de los niños, la sutileza de las voces, una locura de cuando en cuando, un brinquito, un saludo, ¡Una porra por el cuento!..."
Como bien dice Jorge Luis Borges, "de todos los instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones del brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y la imaginación" y "yo quiero seguir conociendo ese mundo", como nos comenta Mabel Flores, una joven de Sacacoyo que participa del taller de letras y colabora dando clases con el equipo de CESAL.
Érase una vez... muchas historias, muchas vidas, muchos cuentos...
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