El problema de la hambruna afecta ya a casi cuatro millones de personas en Kenia y el sector alimenticio está trabajando en estrecho contacto con el Gobierno. Hasta ahora sólo se ha podido ayudar a casi la mitad, dos millones de personas. Se ha asistido con comida, utensilios de cocina, sábanas, jabón, etc. Los niños malnutridos han recibido alimentos suplementarios y barritas proteínicas. Como consecuencia de la hambruna y la sequía nos encontramos muchas situaciones sanitarias de emergencia como niños afectados por poliomelitis, cólera, malaria o disentería causadas por agua contaminada y no potable.
La sequía también afecta a la educación ya que las escuelas tienen un alto número de alumnos (más de 50 por clase, para un solo profesor) todos en condiciones de hambre, con comedores donde la comida escasea o directamente no existe... Todo esto influye en los niños y los profesores, que recientemente han hecho una huelga pidiendo mayor atención. Respecto a esto, UNICEF con las ONGs presentes en el terreno se está movilizando para abastecer de material escolar, tiendas y comida. Además, se añade el hecho de que durante los momentos de precariedad y vulnerabilidad el número de abusos y relaciones sexuales forzadas han aumentado, ya que cada vez más familias se encuentran en condiciones desesperadas, y abandonan a sus hijos.
En Kenia, concretamente, la crisis, además de perjudicar a las regiones del norte del país (Turkana, Mandera y Wajir), se caracteriza por la afluencia masiva de refugiados somalíes que escapan de su país y llegan al campo de refugiados de Dadaab. Según datos del 20 de septiembre de 2011 hay 444.149 refugiados registrados, casi medio millón de personas concentradas. En el mes de agosto han llegado 37.015, algo menos que en julio, donde el máximo había llegado a 40.434. Debido a la gran afluencia de personas el Gobierno de Kenia se ha visto obligado a abrir dos nuevos campos: Kambioos y la Ifo Extension, que se unen a los campos ya existentes desde hace veinte años (Ifo, Hagadera, Dagahakey). En el nuevo campo de Kambioos, el trabajo y los traslados están parados por el momento, ya que varias irrupciones de las comunidades locales keniatas impedían el trabajo de las agencias humanitarias y eran causa de conflictos.
El elevado número de refugiados llegados recientemente ha influido negativamente en las condiciones de seguridad dentro y fuera de los campos, tanto para los mismos refugiados como para los trabajadores humanitarios. ACNUR, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, está trabajando con la policía local para aumentar los niveles de seguridad y posibilitar así el trabajo de las agencias humanitarias.
Kenia es un país que, a pesar de estar industrializado, es principalmente agrícola: la mayoría de sus habitantes viven de cosechas, que sin la lluvia se echan a perder. No teniendo alimentos primarios, como harina y azúcar, Kenia debe importar y esto significa un aumento del coste de la vida, ya precaria. En Kenia, sobre todo en el norte, donde la sequía ha causado muchos daños y víctimas, la población está muy afectada por el hambre; algunas tribus, como las de la zona del lago Turkana, son nómadas, otros son pastores, otros combatientes... no tienen nociones de comercio y viven de lo que ofrece el terreno. Y, como siempre, detrás de las situaciones de crisis está la especulación, que empeora situaciones que ya eran de por sí precarias.
La crisis alimentaria es debida a distintos factores, principalmente la falta de lluvias, que en algunos países como Somalia se alarga desde hace casi tres años. Además de esto hay que tener en cuenta que, en el caso específico de Somalia y, como consecuencia, de Kenia (en el campo de refugiados de Dadaab) lo que empuja a la población a escapar de Somalia no es sólo el hambre, sino también la situación de terror en la que viven, consecuencia de la guerra y el terrorismo. La sequía ha sido la gota que ha colmado el vaso porque, además de tener que protegerse de la milicia de Al shabab (milicia fundamentalista islámica vinculada a Al Qaeda que por ejemplo ha vetado a las organizaciones de ayuda humanitaria en el sur de Somalia), han perdido todos sus recursos agrícolas. De hecho, la mayoría de la población que ha llegado a Kenia en los últimos meses deriva de las zonas rurales de Somalia.
¿Qué hacía antes de la crisis AVSI en la región?
AVSI está presente en los campos de refugiados de Dadaab en Kenia desde 2009 con proyectos educativos. Allí hemos iniciado nuestra actividad con fondos provenientes de la Cooperación Italiana, gracias a los cuales hemos podido rehabilitar 171 colegios de educación primaria que hasta ese momento se sostenían con paredes de lata y techos inestables, transformándolas en bonitas escuelas de ladrillos, llenas de color y seguras. Además de esto, AVSI ha puesto en marcha un curso, en colaboración con una universidad keniata, la Mount Kenya University, de un año de duración para profesores de primaria. Se trata de profesores refugiados no cualificados que enseñan con los conocimientos aprendidos en la escuela secundaria. En el curso 2009/10, 171 profesores han obtenido el certificado para profesores de escuela primaria que les permite encontrar trabajo al volver a su país.
Gracias a esta pequeña pero decisiva intervención, en abril de 2010 AVSI se convirtió en socio ejecutor de ACNUR, gracias a cuyos fondos hemos podido rehabilitar 193 aulas de escuelas (todas las que había) y, en diciembre de 2011, otro grupo de cerca de 180 profesores recibirá el Certificado, tras haber terminado el curso. A su vez, AVSI ha puesto en marcha en mayo de 2011 otro proyecto educativo cofinanciado por la Cooperación Italiana y ACNUR para construir una escuela primaria (la primera con dos plantas, según las nuevas normativas de ACNUR, con cocina, oficinas, 24 clases y baños).
Hasta ahora AVSI se ha distinguido por su capacidad de trabajar bien y deprisa, obteniendo buenos resultados. Por ejemplo, por primera vez en la historia de los campos de refugiados en Kenia, una universidad ha entrado a trabajar en los campos (los profesores se quedan durante el fin de semana y cuando cierran las escuelas) mientras antes sólo unos pocos podían formarse en las universidades fuera de los campos. Desde 2010 AVSI ha incorporado una actividad extra a la formación universitaria, colaborando con el Centro de Formación Pernanente -PCE- de Uganda (que CESAL apoyó con el aporte de fondos de la cooperación española, concretamente de la Junta de Andalucía y el Gobierno Navarro), comenzando a dar seminarios sobre el libro Educar es un riesgo, de Luigi Giussani., que ha tenido una buena aceptación.
El trabajo de AVSI en Dadaab sigue adelante y, con la colaboración de la embajada americana estamos construyendo 3 bibliotecas para la comunidad y empezaremos la construcción de otras 24 aulas gracias a un proyecto aprobado por el BRPM (Bureau of Population, Refugees and Migration, del Departamento de Estado de los EEUU).
Para facilitar el apoyo a los proyectos de AVSI desde España, CESAL ha habilitado una cuenta corriente en la que se podrán hacer donativos. Todos los fondos se trasnferirán directamente a la oficina de AVSI en Kenya.
Banco: Santander.
Cuenta corriente:
0049 - 0001 - 56 - 2010058858.
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de la persona que hace el donativo.
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