La inmensa ciudad prehispánica, construida entre los año 200 y 500 a.C y habitada por las culturas Lima e Ychma, se había reducido con el paso de los años a un conjunto de ruinas olvidadas; había pasado a formar parte del paisaje para los vecinos de Cajamarquilla, en Huachipa. El ímpetu de un estudiante y la cooperación de CESAL con el Instituto Nacional de Cultura y la Universidad Católica Sedes Sapientiae han hecho posible que este sitio arqueológico vuelva a ser un tesoro cultural para sus habitantes, con un alto valor educativo y turístico.
Con la finalidad de revalorizar la Zona Arqueológica de Cajamarquilla, el pasado 17 de marzo se inauguró un moderno Centro de Interpretación que permitirá a los vecinos de la zona y al público en general comprender la importancia de este monumento prehispánico. Considerada la ciudad de barro más grande de la costa central y uno de los sitios arqueológicos más grandes del Perú, Cajamarquilla cuenta con una extensión de 138 hectáreas y está ubicada al borde del cauce de la quebrada del Huaycoloro, en el Distrito de Lunigancho-Chosica.
En la ceremonia de inauguración estuvieron presentes la Directora del Centro Nacional de Cultura (INC), Dra. Cecilia Bákula; la Coordinadora General de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) en el Perú, Maité Núñez; el Responsable de Programa de la AECID, Fernando Bonilla; el Director de CESAL-Perú, Javier Gavilanes; la Coordinadora del Convenio Habitabilidad Básica de CESAL, Ruth Acosta; el Secretario General de la Universidad Católica Sedes Sapientiae (UCSS), Gian Battista Bolis; el Coordinador del Centro de Estudios y Patrimonio Cultural (CEPAC) de la UCSS, Luis Villacorta y el ex alumno del Colegio Naciones Unidas de Cajamarquilla, Jean Carlos Saras, joven artífice del rescate de esta Zona Arqueológica.
Jean Carlos Saras, entonces un estudiante de 15 años, se había instalado en Cajamarquilla desde hacía poco cuando descubrió las ruinas. Apasionado por la arqueología, le sorprendió ver el abandono del lugar: "La gente no cuida el patrimonio porque no conoce su historia". Así que decidió escribir a todas las direcciones que encontró en la página web del Instituto Nacional de Cultura para pedirles que le protegieran ese patrimonio. La respuesta no tardó en llegar.
La construcción del Centro de Interpretación de Cajamarquilla se realizó gracias al convenio de cooperación entre CESAL, el INC, y la UCSS, con la financiación de la AECID; y cuenta con una sala de exposiciones donde se puede observar una maqueta del lugar y una muestra con 12 paneles sobre la historia de Cajamarquilla, además de una oficina para el arqueólogo residente y áreas de servicios.
Asimismo, la implementación de este espacio cultural corresponde a una de las acciones del Convenio de Habitabilidad Básica de CESAL, que identificó la Zona Arqueológica como un gran potencial de actividades culturales, conciliando los objetivos de protección y recuperación del patrimonio con los del desarrollo urbano sostenible. De esta manera, se iniciaron acciones de coordinación con las instituciones vinculadas al tema del patrimonio y en septiembre de 2009 se firmó dicho convenio.
Javier Gavilanes, Director CESAL Perú, confesaba en la inauguración que "si hace trece años alguien nos hubiera dicho que íbamos a hacer un centro de interpretación de la mano del INC y con el apoyo de la AECID le diríamos que eso era algo imposible, porque hay miles de cosas por hacer en esta zona aparentemente más urgentes, pero también el patrimonio puede ser entendido como aquello que una persona, una comunidad tiene en sí misma como ser infinito e irrepetible, de la misma manera que tiene a su familia, su casa, sus amigos y, en este caso, una huaca*, un patrimonio histórico que configuran un lugar y sus personas."
*Sepulcro de los antiguos indios, principalmente de Bolivia y el Perú, en que se encuentran a menudo objetos de valor.