El pasado domingo 14 de febrero se inauguró un nuevo asentamiento situado en el Valle de Amarateca, a 8 kilómetros de Tegucigalpa, Honduras. Este proyecto nació de la iniciativa de las Hermanas de la Providencia tras el paso del Huracán Mitch en 1998 para atender a 92 familias de la colonia de Flor del Campo, un total de 355 personas.
El proyecto ha supuesto dos años de trabajo, desde febrero de 2008 hasta de noviembre de 2009. En este tiempo, a través de un Plan Estratégico de Intervención junto con la Fundación IUVE y con el socio local Ecovide, se han construido 89 viviendas, (6 más de las que inicialmente se tenían previstas) un sistema de alcantarillado (con su planta de tratamiento pionera en el país) y el sistema de agua potable. Todo ello ha sido financiado por la Generalitat Valenciana, quien apostó desde el principio por el proyecto. En total se han invertido más de 700.000 euros.
Diez años de acompañamiento de las Hermanas de la Providencia dieron pequeños frutos iniciales, como la compra del terreno por parte de la Iglesia Católica en el año 2003 y la construcción de 5 primeras casas en el 2005 con financiación francesa. Originariamente todas las familias provenían de la Flor del Campo sin embargo, a medida que fueron pasando los años se identificaron nuevas familias en zonas de riesgo por deslaves y/o crecidas del río en época de lluvia (Comayaguela, el Pedregal, las Brisas...) que fueron también atendidas.
Desde la compra del terreno, todos los beneficiarios se fueron reuniendo en el lugar manteniéndolo en buen estado y esperando pacientemente una ayuda. El acompañamiento de las Hermanas de la Providencia ha sido esencial para mantener la esperanza durante todo este tiempo. El nombre del asentamiento, María José, se eligió en honor a la madre superiora fundadora de esta congregación.
La propia comunidad se implicó en la construcción. Organizados por grupos, se turnaron por semanas de trabajo y así se avanzó decididamente. El sistema de alcantarillado fue asumido directamente por CESAL y para ello se contrató a un Ingeniero local responsable del mismo. Fueron unos meses de gran volumen de trabajo y de entrada y salida de maquinaria pesada como grúas, camiones, bailarinas, compresores, excavadoras, retroexcavadoras...
Una vez al mes se realizaban reuniones de seguimiento de trabajo con la totalidad de los beneficiarios a los que se les hacía partícipe de avances, dificultades y logros del proyecto. En una de las reuniones próximas a la finalización, decidieron crear un órgano representativo de la comunidad llamado Comité Cívico y Social. Desde entonces, ha sido el nexo utilizado para tratar con las familias.
Así se llegó el final del proyecto con mejoras producidas por la buena gestión de fondos. El pasado 14 de febrero se convocó a todas las familias, y la mesa presidencial estuvo compuesta por el Ingeniero Gustavo Cárcamo (representante de la Secretaría de Obras Públicas), Edilberto Funes (representante de la Comunidad), Yolanda Richard (representante de las Hermanas de la Providencia), Víctor Martínez (director de Ecovide), y Nuria Sanchís (responsable de proyectos en Centroamérica en CESAL)
En la ceremonia se descubrió la placa conmemorativa del proyecto y se inauguró una de las casas en representación del resto, con la bendición del padre Víctor Ruiz. Finalmente se llevó a cabo la entrega de llaves y la firma del acta de entrega.
Con este proyecto terminado comienza una nueva fase de ayuda al traslado de las familias al proyecto, finalización y puesta en marcha de una escuela primaria, financiada también por la Generalitat Valenciana y un seguimiento y acompañamiento a las familias para construir un verdadero pueblo para el Valle de Amarateca.
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