La ONG Cesal ha puesto en marcha la Escuela Taller José Obrero en el municipio de Molina de Segura (Murcia), una iniciativa de formación e inserción sociolaboral dirigida a jóvenes desempleados. A través de este proyecto, 20 jóvenes entre 18 y 30 años recibirán formación en los oficios de carpintería y albañilería, al tiempo que participan activamente en la rehabilitación de dos antiguas estaciones de tren, infraestructuras con gran valor histórico y patrimonial para la localidad.
La iniciativa comenzó en marzo de 2025 en las instalaciones del Taller Escuela José Obrero, donde los participantes están recibiendo clases teóricas y prácticas orientadas a la adquisición de competencias técnicas y profesionales de albañileria y carpintería. Durante los primeros meses, se centran en la formación en aula y en taller, para luego aplicar lo aprendido en obras reales de restauración.
Este programa cuenta con el apoyo del Fondo Social Europeo Plus (FSE+), el Ministerio de Trabajo y Economía Social, la Región de Murcia y el Servicio Regional de Empleo y Formación (SEF). Su desarrollo y gestión corre a cargo de la ONG Cesal, que lleva años trabajando en la formación de jóvenes en situación de vulnerabilidad en distintos puntos de España.
El objetivo principal de esta Escuela Taller es ofrecer una oportunidad real de inserción laboral a jóvenes que se encuentran fuera del mercado de trabajo, facilitándoles el aprendizaje de un oficio mediante una metodología práctica, colaborativa y contextualizada. Pero más allá del empleo, este proyecto también busca fomentar la autoestima, el sentido de pertenencia y la participación activa en la vida comunitaria.
El trabajo que realizarán los alumnos no es simulado: intervendrán directamente en la rehabilitación de dos edificios ferroviarios emblemáticos del municipio que forman parte de la Vía Verde del Noroeste. Uno de ellos es la antigua estación de tren de Molina de Segura, y el otro es el antiguo edificio del guardavías, ambos con más de 70 años de historia. Las intervenciones incluyen restauración de estructuras, recuperación de carpinterías, reparación de cubiertas, suelos y revestimientos, respetando siempre la arquitectura original.
“Este tipo de proyectos permiten no solo enseñar un oficio, sino también transmitir un legado. Los edificios que vamos a restaurar son parte de la memoria viva de Molina de Segura. Que sean los propios jóvenes quienes los recuperen les da un valor añadido”, explica uno de los formadores del programa.
El concepto de Escuela Taller no es nuevo, como explica el director del Taller Escuela José Obrero, Carlos Brugarolas, ya que tiene sus raíces en los años 70 en España, cuando se idearon como espacios donde jóvenes aprendían oficios relacionados con la construcción a través de la intervención directa en proyectos reales. En esta línea, Cesal recupera ese enfoque con una propuesta actualizada que combina formación profesional con impacto comunitario.
“Gracias a esto voy a aprender cosas del mundo laboral que no sabía”, comenta una de las jóvenes en el vídeo de presentación del proyecto. Para muchos, esta experiencia representa su primer contacto con un entorno profesional estructurado, donde no solo adquieren conocimientos técnicos, sino que también desarrollan habilidades como la puntualidad, el trabajo en equipo o la comunicación efectiva.
El enfoque práctico permite a los participantes ver el resultado tangible de su trabajo y sentirse protagonistas de su propio proceso de aprendizaje. Como cuenta una alumna en el vídeo: “Lo que más me gusta es que puedo enseñar lo que he hecho con mis propias manos. Me siento orgullosa”.
Además del impacto en la vida de los jóvenes, este proyecto contribuye a revitalizar espacios públicos con valor histórico que forman parte del paisaje cultural de la región. Estas estaciones de tren representan un patrimonio que, hasta ahora, estaba deteriorado o en desuso. Su recuperación no solo mejora el entorno urbano, sino que también fortalece la identidad local.
“Lo más bonito de este proyecto es que nosotros también aprendemos de ellos”, comenta un formador, subrayando la dimensión humana de esta experiencia intergeneracional, donde el saber se transmite, se comparte y se transforma.
Desde Cesal se destaca que el objetivo final es que los alumnos y alumnas no solo salgan con un certificado, sino con confianza, motivación y herramientas reales para construir su propio camino laboral y personal.