Una primera respuesta
Tras la DANA del 29 de octubre, redoblamos los esfuerzos para dar una respuesta rápida a las necesidades de las personas afectadas. En diálogo con las instituciones locales afectadas, la delegación de Cesal en Valencia comenzó a repartir 200 raciones de comida caliente a personas dependientes, en situación vulnerable, poniendo especial atención a las que ya se encontraban con dificultades antes.
Comenzamos un recorrido con personas en situaciones de dificultad por edad, falta de movilidad o por falta de recursos. Muchas de ellas necesitaban acompañamiento personal, por lo que nos volcamos en ofrecerles una respuesta. Una relación que iría más allá de la emergencia, para acompañar estas necesidades.
Más allá de cada historia
Nuestro alumnado en cocina dio un paso al frente como voluntariado: cocinando, repartiendo alimentos, menús y acompañando a las familias de Catarroja y Paiporta. Estas personas han sido una ayuda esencial para llevar a cabo esta acción temprana, un ejemplo de servicio a pesar de tener situaciones complicadas u otras necesidades.
También realizamos cursos de formación en Panadería, ofreciendo un futuro en colaboración con el Gremio de Panaderos y Pasteleros de Valencia. Alguno de estos alumnos ya se encuentra formándose mediante nuestra metodología aprender-haciendo y maestro-aprendiz en diferentes lugares de la Comunidad Valenciana, como en el Forn Baixauli, en Picanya. Un negocio familiar en su octava generación, activo desde 1745 y que ya está en funcionamiento a pesar de haber sido devastado por la DANA.
Estas acciones han sido posibles gracias a la solidaridad de muchas empresas y personas, que han colaborado con Cesal en la emergencia a través de donaciones, haciéndose socios y organizando o participando en las actividades de la campaña Manos a la Obra.