El alumnado del proyecto Un desafío educativo, financiado por la Consejería de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad de Madrid, ha celebrado una convivencia para conocerse más y realizar diferentes actividades.
A principios de este mes, los adolescentes y sus formadores se desplazaron a Peñalara para subir a la laguna y visitar Alameda del Valle, donde se realizó un cine fórum y pasaron la noche. Por último, se realizaron juegos y dinámicas antes de volver a Madrid el sábado 2 de marzo. Las actividades estuvieron enfocadas a fomentar la convivencia mutua, disfrutar de la amistad y la naturaleza.
En esta ocasión, uno de los voluntarios de apoyo escolar, Luis Piña, acompañó al equipo formativo y adolescentes en la convivencia. Con este motivo, comparte con nosotros cómo está siendo su experiencia de voluntariado y, particularmente, cómo fue el fin de semana.
“Durante años he dado clases particulares pero este es el primer curso en el que lo hago como voluntario de CESAL. Realizo apoyo al estudio con adolescentes de la ESO y Bachillerato en el CEPI de Tetuán una vez a la semana y, aunque la actividad es la misma, es totalmente diferente.
Desde que empecé, noté la diferencia en el interés que recibo del alumnado, cómo piden ayuda siempre que la necesitan y sobre todo me sorprendió que son profundamente agradecidos, lo cual hace que mi voluntariado sea muy gratificante.
Al ir solo una vez a la semana al CEPI, echaba en falta poder entablar una relación más estrecha con los adolescentes. Entonces, se me ofreció la oportunidad de participar en la excursión, una ocasión perfecta para acercarme más a los alumnos y profesores.
Aunque, como he contado previamente, mi participación es muy puntual, me sentí como uno más y me lo pasé genial. Disfrutamos de unos paseos preciosos en la naturaleza, pude participar muy activamente en las actividades, conocer más a los chicos y, lo que me pareció lo más importante, dar lugar a que ellos me pudiesen conocer más.
Creo sinceramente que gran parte de la labor como educadores, tanto del equipo como del voluntariado, va más allá de ayudar a que aprendan matemáticas o aprueben física, es la oportunidad de conocerles, de formarles en valores y generar confianza. Sin conocerse y sin un clima de confianza, ayudarles a crecer es muy difícil y, justo este tipo de excursiones, ayudan a generar este ambiente.
Espero que se sigan promoviendo estas actividades, que aportan muchas cosas positivas a los alumnos, y espero poder participar. porque tantas o más cosas buenas me han aportado a mí. ¡Eso sí!, hay que hacer algo con la diferencia de energía porque son absolutamente incansable y algunos no lo somos tanto”.