La campaña por la inclusión de refugiados y migrantes más importante del año
Manos a la obra es la campaña anual de recaudación y sensibilización para apoyar a la ONG Cesal gracias a cientos de voluntarios de provincias de toda España.
Este año, nos ponemos Manos a la obra por la inclusión de refugiados y migrantes.
En un contexto de crisis inminente no solo en los países occidentales sino a nivel mundial debido a la guerra en Ucrania, no podemos olvidar a los colectivos más vulnerables y que más están sufriendo sus consecuencias.
Queremos mirar de frente la realidad de las personas que se ven obligadas a abandonar sus hogares, sus raíces, y en muchos casos a sus familias. Desde los inicios, en Cesal hemos trabajado haciendo un acompañamiento integral de estas personas, no solamente respondiendo a sus necesidades de asilo, formación, asesoramiento y apoyo psicológico, entre otras; sino siendo conscientes del valor intrínseco de cada uno de ellos y apostando por su crecimiento personal.
La paz es posible para todos, pero no se construye sola, necesita del compromiso de cada uno. Para esto, es fundamental que apoyemos iniciativas concretas, que esta construcción de la paz se materialice en nuestros ámbitos cotidianos. Manos a la obra quiere ofrecer esta ventana para que te puedas sumar a iniciativas solidarias o generar las tuyas.
La paz es posible. Comencemos a construirla
Nos ponemos Manos a la obra por la inclusión de refugiados y migrantes en:
La invasión de Rusia a Ucrania ha provocado el movimiento migratorio más elevado en Europa desde la Segunda Guerra Mundial. Cesal se encuentra presente en Moldavia y Rumanía para poder atender a las personas que huyen de la guerra y trabaja en Kiev y otras provincias de Ucrania con migrantes internos.
El éxodo de Venezuela es el más grande en América Latina de los últimos años. Miles de personas se encuentran en condición irregular en los países vecinos como Perú y son estigmatizadas socialmente. En Cesal acogemos y acompañamos a familias venezolanas para que puedan salir adelante.
La crisis económica y de seguridad centroamericana se ha acrecentado en los últimos años y ha provocado un aumento de la migración hacia Estados Unidos. Las denominadas caravanas suponen un riesgo para la vida, especialmente para los menores de edad. Cesal atiende el origen de las causas para evitar la emigración, ofreciendo un entorno seguro, formación y mejora de ingresos.
Así es el rostro de la integración
Me llamo Olena, tengo 35 años y soy ucraniana. En Ucrania llevaba una vida tranquila, trabajaba como tatuadora y cocinera. Vivía junto a mi hija de 10 años en la ciudad de Kherson. Pero la guerra comenzó y un día empezaron a bombardear mi ciudad. Entonces, tuve que dejar atrás a mis padres y otros familiares y abandonar el país junto a mi hija. Durante 10 días, innumerables trenes y autobuses, atravesamos Polonia, Austria, Suiza y Francia y finalmente llegamos a Barcelona, España. Desde allí cogimos un último autobús hasta Madrid y nos derivaron al centro de refugiados de Cesal. Allí nos dieron comida, ropa, atención psicológica, juguetes para mi hija… Ahora vivimos en un piso y sigo acudiendo al centro para continuar con mis clases de español. Mi objetivo es formarme rápidamente para encontrar un empleo.
Olena. Ucraniana en España.
Vivía en Venezuela con mi marido y mis hijos. La situación allí era muy precaria. Mi hijo de un año tenía una deficiencia en el riñón y no conseguíamos medicamentos, así que, para salvar su vida, nos tuvimos que marchar. Fuimos caminando durante 27 días, pasando por Colombia y Ecuador, hasta llegar a Perú, a la ciudad de Ica. Migrar no es fácil, duele, porque dejas atrás una vida que nunca recuperas. En Ica conocí a Cesal, me repartieron alimentos para mí y para mi familia. También nos proporcionaron los medicamentos que necesitábamos. Ahora, llevo mi propio negocio de comida y trabajo como voluntaria para Cesal, que ya son parte de mi familia.
Gabriela, venezolana en Perú.
Me fui de mi país con la edad de 36 años. Vivía en la ciudad de San Pedro, donde la violencia era el pan de cada día. Yo era un chico con pocos recursos y no conseguía encontrar un empleo para poder mantenerme económicamente. Así que tomé la decisión de marcharme en busca de un futuro mejor, dejando familia atrás. Cuando llegué a España entré en contacto con Cesal a través de una amiga. Ellos me han ayudado en mi formación y gracias al curso que realicé tengo un trabajo como auxiliar de limpieza en el aeropuerto. Ahora puedo mantener a mi familia y sigo esforzándome para llegar más lejos.
Óscar. Hondureño en España.