Estas Navidades un grupo de personas refugiadas del Centro de La Almudena de CESAL, que apoya el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, el Fondo Social Europeo y el Fondo de Asilo, Migración e Integración salieron a las calles de Madrid a repartir café, dulces y felicitar la Navidad a las personas sin hogar.
El coordinador socioeducativo del proyecto, Javier Rivas recoge de la siguiente manera la emotiva experiencia que vivieron:
"El día 12 de diciembre fue un día importante. Podría parecer que en nada se diferencia de otros 12 de diciembre, pero no es así. Al menos para un pequeño grupo de personas se convirtió en un día especial. Personas que han abandonado sus países, inmersas en un proceso repleto de incertidumbre, miedos, e inseguridades, decidieron apartar todas sus angustias para dar, para darse.
Regalaron su tiempo a otras personas que lo necesitaban. Y así es la vida cuando impera la generosidad. Personas que piden refugio porque sienten miedo, deciden convertirse en ese refugio para otros seres humanos que viven en la calle, que quizá tengan menos que ellos, pero que, ante todo, tienen la misma necesidad de ayudarse, de verse, de entregarse para sentir que en momentos tan difíciles, no están totalmente solos."